Señor mío, Señor mío, te doy gracias por todo lo que me has dado y por todo lo que has realizado en mi vida.

Te doy las gracias por la alegría y la esperanza que proporcionaste en la conferencia de anoche a tus hijos. Te agradezco la paz que les diste y la visión de la corona de Adviento apareciendo sobre cada una de sus cabezas. La belleza de la gracia que significa la vida y la llegada del nacimiento de tu hijo, Jesús.

Esto renovará nuestra fuerza a la luz de estos días de Adviento, la gloria de la luz dentro de nuestros corazones y almas. Te amo, Señor mío. Renueva hoy mi esperanza, mi fuerza y mi valor. Concédeme tu sabiduría y la verdad del Espíritu Santo para que me guíen mientras voy ahora a la cárcel de mujeres de Morelos. Donde sé que aquellos que creen serán liberados a través de la ruptura de la esclavitud en sus vidas por tus santas gracias para perfeccionarlos.

La alegría de la conferencia de anoche fue la alegría de tu paz al regalarles una nueva esperanza en tus misericordias. Y este día se cumplirá para las mujeres de la cárcel por tu amor hacia ellas, pues sé que amas a todos y no rechazas a nadie.

Ayúdame a dar los siguientes pasos y cumplir tu voluntad para sus corazones a la luz de la libertad para sus almas y la fuerza de tu misericordia que los librará. Y ayúdales a ver que todos somos libres en tu santa gracia por el perdón de nuestros pecados.

Te pido perdón por mis pecados, Señor, y por los del mundo entero, para vivir en la alegría de tu amor por toda la eternidad. Te amo. Aunque mis palabras en este mensaje han sido, por momentos, torpes, salen de mi corazón para expresar amor y sólo amor.

Y sí, Señor, estoy cansado, pero me alegro de la nueva esperanza, de los nuevos sueños que estás empezando a infundir en mi corazón. Cuando vuelva a casa tendré tiempo, junto contigo, de empezar a realizarlos. Guíame, mi Señor, y concédeme los mayores dones de fe, esperanza y amor para ser un instrumento de fe, esperanza y amor para los demás.

Oh Señor mío, las batallas han sido intensas, pero las victorias han sido gloriosísimas para las almas de tus hijos y su redención. Te pido que pongas tu mano sobre mi cabeza, Padre, y me abraces en tu misericordia. Tu amor es todo lo que necesito. Tu amor es todo lo que quiero.

Ayúdame a crecer en santidad cada día, a convertirme en santo de tu amor. Como tantas veces has dicho, todos somos santificados en tu amor cuando elegimos, como tu madre, ofrecerte nuestro gran "Sí".

Oh Señor mío, te doy gracias por todo el trabajo que se ha realizado este año y por todo el trabajo y sacrificio que David ha hecho también para dar vida a tu palabra. Sí, con cada mensaje grabado, David le da vida en tu tiempo perfecto y en el momento de recibirte.

Estamos unidos a las almas, tus hijos de todo el mundo que duermen en su fe. Y si fuera una sola, aunque muchas han sido renovadas con tu esperanza y tu amor. La única, la única oveja perdida y necesitada, es la más importante y tú siendo el buen pastor tráelas de vuelta dentro de tu corazón.

Te necesito; no puedo hacer este trabajo sin ti. Te pido que me guíes este día en tu misericordia, para que tu misericordia se derrame sobre estas mujeres que tanto han sufrido en su soledad y aislamiento, en su desesperación, depresión y desesperanza. Ofréceles el cáliz eterno de tu agua, aguas de misericordia y la Sangre Preciosa de tu sacrificio para redimirlas. Tómame como deseas".

"Sí, hijo mío, permíteme consumirte en mi amor y este día será glorioso. Sigue el camino al ir a la prisión que te asegurará llegar a tiempo antes del concierto para dar tu conferencia. Los que vayan más tarde lo comprenderán.

 Ahora libérate de todas las obligaciones que sientes y ofrécemelas".

'Oh Señor mío, por la gloria de tu amor en sus corazones'.