Gregory: Te amo, madre. Gracias por las gracias que me has asegurado a través de tu hijo. Jesús es tan hermoso. Quisiera dedicar mi vida a alabar las glorias de su amor y misericordia por toda la humanidad.

Por favor, pídele a Jesús que ruegue a nuestro Padre que tenga misericordia de nosotros y que disminuya las tribulaciones venideras. Él es un Padre de gran misericordia y su amor supera todo entendimiento. Pero estamos cegados por nuestro orgullo.

Te amo madre y me consagro a tu Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de Jesús. Por favor, recibe mis oraciones y ofrécelas al trono del cielo.

María: Gracias. Gracias hija mía por ofrecerme tu corazón a mí y al Sagrado Corazón de Jesús. Él es tan bueno y bondadoso. Es tan amoroso. Deja que su amor llene tu alma este día con la alegría de su gran luz.

Rezo por todos mis hijos que necesitan que la hermosa luz de la gracia llene sus corazones de paz. Yo soy la madre de la paz. Soy yo quien acude diariamente al trono del cielo para pedir las necesidades de todos mis hijos para la redención de sus corazones.

Hago un llamamiento a todas las almas para que liberen sus corazones de todo pecado. La oración y el ayuno son la clave a través de la lectura diaria de la Escritura.

Dejad que vuestros corazones canten con la gloria de la gracia. Todo lo que hay que hacer es abrir el corazón al Espíritu del amor de mi hijo y empezarán a cantar sus propias alabanzas como nunca antes. La promesa del Espíritu es traer la paz del amor a un corazón donde la esperanza puede reinar en la gloria de la fe.

La fe es la clave para mirar todas las cosas y ver a Dios en ellas. Dios está presente en la belleza del cielo y en las aguas de la tierra. La gloria de Dios puede oírse cantar a los pajarillos que saben alabar el amor de Dios.

Qué hermosa es la gloria de nuestro Señor sobre la tierra. Venid, hijos míos, y cantemos con alegría.

Dios no quiere que estemos tristes. A menudo elige crear sus propias penas pecando. El pecado es lo que separa a todos los hombres de Dios. El pecado es lo que mata el alma y no le permite ser testigo de la gloria y la belleza de Jesús cada día en todas las cosas.

Paz, paz, hijos míos. La paz sólo se consigue amando a Jesús. Dejad que Jesús entre en vuestros corazones. Dejad que os cante su misericordia. Una canción es expresión de alegría para un alma si está escrita con amor y Jesús es amor.

Él es el cuerpo eterno de amor para que todas las almas se den un festín. Mi cordero viviente regresa para llamar a todas las almas a casa. Sólo aquellos que han sido miembros de su familia sirviendo a su voluntad pueden volver a casa. El hogar es un lugar eterno de gracia y aquellos que viven en la fe pueden recibir este don eterno.

Mis hijos no entienden lo que les espera si no se arrepienten de sus pecados y cambian de vida. Se perderán tanta gracia, no sólo en la tierra sino también en la gloria del cielo.

Paz, hijos míos, buscad la paz a través del amoroso Jesús. Él está siempre presente y esperando recibir vuestras oraciones. Él quiere ayudaros a crecer más cerca de su Padre a través de la oración. La fe aumentará vuestras oraciones y la oración profundizará vuestra fe.

Confía en el Cordero vivo para que te sostenga y no temas nada. No temas nada, pero ten paz en el nombre de mi hermoso hijo.

Os quiero a todos. Mi corazón está dorado de amor. Brilla para compartir el mensaje de paz con todas las almas de la tierra. Vivid en paz, hijos míos, y experimentaréis una gran alegría.