Nuestro Salvador dice, "Mi querida niña, es bueno que hayas venido a mí. Ven a mis brazos de misericordia. Ven a mis brazos de amor".

Ahora tengo una visión de Jesús. Está vestido de blanco, de pie ante mí, con el Sagrado Corazón expuesto como un fuego. Es el fuego del amor divino, que me llama a su corazón, al santuario eterno de todo amor que es infinito e interminable.

Nuestro Señor continúa, "Mi querida niña, es bueno que hayas venido a mí. Ven y deja que te abrace. ¿No es hermoso el día aquí en Asís? Escucha los pájaros, la dulce brisa en el aire que se mueve dentro de tu alma por el poder de mi Espíritu, y la luz del sol de diferentes matices que cae sobre las montañas y el valle.

Estoy aquí contigo en todas las cosas, porque todas las cosas fueron creadas por la mano de Dios, mi Padre, en su amor por la humanidad, en su amor por sus hijos. Recíbeme en la gloria de mi amor, y abre tu corazón al canto de los pájaros".

En este momento, Señor mío, consúmeme. Porque puedo sentirte en mí y a mi alrededor, en todas las cosas creadas. Te amo. Te amo. Tómame como desees'.

Jesús, "Mi querido hijo, que la gloria eterna de mi amor cante una nueva canción dentro de tu alma".

'Y, Señor mío, te ruego por la curación de mi hermana, que pongas tu mano sobre ella y la cures en tu compasiva misericordia en este día por intercesión de San Francisco y del Beato Carlo.'

Jesús responde, "Mi querida niña, escucha mi corazón, porque yo la ayudaré y pondré mi mano sanadora sobre ella".

Gracias, Señor mío. Gracias por todas las cosas buenas en tu misericordia, y confío y espero en ti'.

"¿Qué más puedo darte, hija mía?"

Te ruego que me guíes al comenzar los vídeos, para compartir tus mensajes por todo el mundo, para compartir tus mensajes de amor, porque son tuyos, no míos. No quiero nada excepto amarte y recibirte y que me guíes en tu divina providencia en tus bendiciones y gracias a través del poder de tu Espíritu'.

Jesús concluye, "Mi querido hijo, te asistiré en todo mientras das estos pasos y verás mi gloria desplegarse por amor a mis hijos y por amor a tus hermanos y hermanas.

Ven ahora y acógeme en tu corazón, y déjame guiarte según mi mano de misericordia.

Te quiero y siempre estoy contigo".