"Querida mía, que la luz eterna de mi amor te consuma con mi paz para siempre.
Hijo mío, no permitas que la inquietud de tus emociones te robe la paz porque has estado enfermo. Ahora estás mejor y deseo que continúes en tu camino de mi amor con gran misericordia y gran esperanza para los demás.
Sí, hijo mío, que tu corazón no tenga miedo, sino confíame tu corazón en todo".
'Señor, te pido los dones de la fe, la esperanza y el amor para que yo pueda ser un instrumento de los tres, unidos como uno solo en ti dentro de tu corazón.
Sí, Señor mío, nada es imposible para ti. Así que, lleva mi corazón a nuevas alturas de misericordia y sostenme en la alegría que es tu amor en este día. Lléname con la luz de tu Espíritu y abrázame entre tus brazos para siempre, Señor.
Te quiero, te amo y deseo permanecer siempre contigo para poder hacerlo todo en ti, Señor mío, que eres mi fuerza'.