Jesús, dice ahora, nuestro Señor y Salvador, "Venid a mí, mis corderitos de amor, y alegrémonos en el Espíritu de mi misericordia por el perdón de vuestros pecados, para que mi luz aumente en vosotros en estos días de Cuaresma.

Os llamo a cada uno de vosotros a recibir el poder de la misericordia de mi Cruz. Esto transformará vuestras almas para sanaros a través de mi perdón y para traer luz a vuestras almas.

Venid, mis queridos hijos, venid y tomad mi mano. Alzad al cielo y entonad una nueva canción de amor y alabanza a vuestro Padre. Venid y entonad una nueva canción de amor y danzad como lo hizo David desde el interior de vuestros corazones por toda la alegría que deseo daros."