Te amo, mi Señor; te amo. Ven y tómame como deseas, entre tus brazos para quedarme y sostenerme en tu misericordia. Levántame en tu amor, renueva mi fe, mi esperanza y mi amor, y mi valor y mi fuerza. Fortifícame en mi resolución de servirte.
Llévame hoy a nuevas alturas de amor, para que pueda servir a los demás en tu misericordia. Te amo, Señor mío. Te amo.
"Sí, hijo mío, es bueno que hayas venido a mí. Permíteme consumirte en la alegría de mi amor y sé libre. Busca todas las posibilidades según mi voluntad en tu deseo de amarme y de servir a los demás con alegría.
Sí, ven y deja que te lleve como deseo con todos los santos ángeles y los santos".
Ahora tengo la visión de ángeles que me rodean. Están hechos de luz. Hay varios. Inicialmente apareció uno que entiendo es mi ángel guardián.
Y te pido: 'Ángel de la guarda, que vayas delante de mí en este día y elimines todas las barreras que me impiden cumplir la voluntad de Dios. Y que la alegría me lleve unido al corazón de Jesús en la oración'.
"Hijo mío, te quiero".
Milord, gracias.
"Es bueno que llegaras a casa anoche".
'Gracias por traerme, pues parecía imposible, pero lo que vemos no se compara con todo lo que puedes cumplir, pues nada es imposible para ti. Te quiero.
Y ahora rezo por Nana Adriana, por su curación, así como por el padre de Danny, para que eleves la fuerza de su corazón.
Te quiero. Te amo. Ayúdame a ver y actuar en todo lo que deseas realizar a través de mí para ser quien tú creaste que fuera'.