'Oh Jesús mío, al presentarte ante mí, ven y acógeme en tu amor. Tómame entre tus brazos de misericordia, y nunca me dejes ir en la caridad y compasión de tu perdón. Redímeme y mantenme fuerte en la fe para gloria de tu corazón'.
Nuestro Señor dice, "Mi querido hijo, estoy contigo y, sí, estoy presente para darte mi amor. Hónrame con todo tu corazón y sé obediente a mis palabras de misericordia en la Sagrada Escritura, porque el Verbo se hizo carne para la redención y la salvación de mis hijos.
Canta, hija mía, canta la gloria de mi amor, la gloria de mi Santa Cruz para siempre. Olvida el pasado, olvida todo lo que has hecho, porque yo haré una cosa nueva. No busques glorias pasadas en mi amor, sino búscame en la gloria de mi amor en este momento.
¿Entiendes, hijo mío? Busca primero la gloria de Dios y busca primero el Reino de Dios".
En este día, Padre mío, Señor mío, te doy gracias por todo lo que has hecho por mí y que pueda empezar de nuevo como si hubiera nacido hoy entre tus brazos. Tómame, Señor mío, como deseas, y que la gloria de tu luz me consuma'.