Mi amadísimo Señor, en Isaías 64, Isaías proclamó: "Desde la antigüedad nadie ha oído ni percibido por el oído, ningún ojo ha visto un Dios fuera de ti, que actúa en favor de los que esperan en él".

Mi Señor, voy a esperar que actúes como he visto y como creo que lo harás'.

"Hijo mío, la gloriosa luz y misericordia de mi Sagrado Corazón es para todas las almas. Llamo a mis hijos a la amorosa misericordia de mi corazón, para restaurar en ellos la gran paz y el santo conocimiento de mi voluntad, pues cuanto más se acerquen a mí, comprenderán la verdadera gloria de mi voluntad para sus corazones.

Búscame, hijo mío, con todo tu corazón. Que este día sea testamento de cumplirlo y te mostraré, te mostraré el camino".