GREGORY: Tengo una visión de perlas blancas iridiscentes con un ligero tinte rosado que caen una a una en un pequeño estanque de agua azul clara. Es hermoso. Una a una caen como si se sumergieran en un estado de limpieza o gracia.
Rezo para que mi corazón sea como una de estas perlas, cayendo suavemente en rendición a la voluntad de Dios que es tan bueno. También rezo para entender, si es así, un significado más profundo de esta visión, pues había estado hablando con nuestro Señor sobre volver a una forma de vida más humilde y sencilla, llena de la belleza de su misericordia para ungir mi alma diariamente con una comprensión más profunda de su voluntad.
Todo lo que debo hacer es sentarme y esperar. Esperar a caer como las perlas en el agua para ser bañado por la gracia. Oh entrega del amor mismo, consúmeme con tu divina pasión por la vida para vivir en estado de gracia inmerso diariamente dentro de tu corazón misericordioso y firme. Oh amor mío, toma mi mano y acompáñame ahora.
Deseo ir a Italia. Deseo que me eleves y me redimas cada día en tu amor para que me eleve siempre a tocar la alegría de tu corazón.
En este tiempo de Cuaresma, tiempo de purgación de todo pecado, confía mi corazón a tu querida y tierna misericordia para que pueda ser conducido libremente en el amor.
Toma mi mano y guíame como deseas. Baña mi alma sobre la roca de la redención, tu iglesia entera y santa. Condúceme como desees a estas aguas porque mi mayor deseo es amar. Y en tu amor eterno, soy libre.
Oh, tómame mi amor y consúmeme. Quiero convertirme en el santo de tu amor como tú lo deseas, como tú lo has querido. De cualquier forma que me resista, condúceme más profundamente a amarte y caeré en mayores profundidades de entrega. Tú eres mi corazón. ¿Cómo podré abandonarte?
Ayúdame, por favor, pues tú eres el Creador de mi corazón guiado por tu sabiduría. Déjanos huir. Deja que volemos en tu amor en este preciso momento en que mi alma se eleva. Sí, tu alegría es siempre mía para recibirla.
MARÍA: Eres la alegría de mi alma cuando recibes a Jesús. Él te ama entrañablemente. Toma mi mano y permíteme prepararte para recibir la alegría de su corazón. Mantente firme en todo lo que haces para amarle.
Sí, está bien que te veas revestido de integridad, la integridad de ser un hijo de Dios, que quiere presentarse a Jesús de tal manera que sea representativo para los demás en tu ejemplo de amor. Amar, ser el ejemplo de Jesús es amor. La forma de vestirse es amor cuando se hace con respeto al templo del alma.
Vístete siempre de amor y todo se cumplirá a partir de ese momento.