"Ven y toma mi mano, hijo mío, para que pueda guiarte en el fuego eterno de mi amor divino. Para que camines a través del fuego de mi amor y misericordia mientras continúo refinándote cada día y preparándote para mi gloria.

Sí, cantemos una nueva canción de amor por la gloriosa esperanza de mis hijos. Ven y descansa ahora para que te levantes con gran fuerza sabiendo que yo soy Dios. Y derramo sobre vosotros mi misericordia para que digáis que la alegría del Señor es vuestra fuerza en todo."

Sí, mi Señor, tú eres mi alegría, mi esperanza. Tú eres mi amor. Tómame como quieras y que mi corazón se eleve dentro de la gloria de tu corazón para que el amor nos una siempre'.