Nuestro Señor diceMi querido hijo, yo estoy contigo. Deja que tu corazón crezca en mí cada día. Permite que tu corazón crezca en mi amor ofreciéndote a mí con un corazón abierto de oración y de esperanza en tu Salvador.
Es bueno que ahora vayas a Suiza y que hayas tomado esta decisión según los deseos y el corazón de mi santa voluntad. Confíame tu corazón, hija mía.
Sí, canta una nueva canción de esperanza con cada nuevo día. Canta una nueva gran canción de amor, poniendo toda tu confianza en mí, buscando toda tu alegría en mí y en nadie más, para que yo pueda tener sólo tu corazón, porque nadie puede consolarte como yo.
Sí, déjame conducirte al corazón de Suiza. Déjame conducirte con amor al corazón de mi pueblo, porque cuando me recibas allí, recibirás todo lo que hay en tu corazón, y en mi corazón, para la edificación y salvación de sus almas. Camina sobre esta tierra con amor y con gran esperanza, hijo mío.
Te quiero y siempre estoy contigo".