Jesús dice, "Mi querido hijo, cuando vengas a mí verás con nuevos ojos de gloria. Verás con mis ojos, y actuarás con mi corazón que me acerca a ti, para que ames más entrañablemente a los demás, pues no hay amor más grande que dar la vida por tus hermanos.
Sí, camina por la causa de vivir en la luz, y en seguir el camino de mi amor por los demás, para que sirvas para lavar los pies de tus hermanos y hermanas.
Sí, mi querida hija, ven y escucha mi corazón porque muchas almas están sufriendo. Deseo que comiences a grabar en video los mensajes además de grabarlos. Esto tendrá un propósito mayor".
Sí, mi Señor. Soy tímido, pero lo haré'.
Nuestro Señor continúa, "Ven, mi querido hijo, y tómame entre tus brazos mientras espero."
Señor mío, estrechadme entre vuestros brazos de misericordia y que la luz eterna del poder de vuestro sacrificio en la Cruz, del poder de la redención y del perdón de vuestra misericordia, me abrace, me llene, me lleve a nuevas alturas de amor. Te pido perdón por mis pecados, Señor, y por los pecados del mundo entero".
"Sí, mi querida hija, te perdono. Mañana es importante que te confieses y recibas el Sacramento de la Reconciliación con mi amor".
'Gracias, mi Señor, gracias.'
Jesús concluye, "Hija mía, te quiero y siempre estoy contigo".