Jesús, "Hijo mío, recibe a todas las almas compasivamente en mi misericordia.
Sí, ofrece tu corazón con amor y con gran alegría a los que acuden a ti y están necesitados. Alégrate, hijo mío, alégrate, porque el Reino de Dios está cerca. Que la luz eterna del poder de mi Cruz te sostenga y te guíe. Que tus lágrimas de dolor se conviertan en lágrimas de alegría por toda la humanidad.
Que vivas en la esperanza de mi misericordia cada día para dar esperanza y anunciar un nuevo día, un nuevo camino, en mi amor. Porque estoy haciendo una cosa nueva y estoy cantando una nueva canción de amor para mis hijos para restaurar sus corazones a mí.
Que la alegría eterna de la luz de mi misericordia y de mi Cruz brille siempre sobre vosotros y os llene, para ser luz de fortaleza para los demás.
Entrégame tu corazón, hijo mío, y proclama mi amor".