El Espíritu Santo dice, "Hijo mío, ven a mí, pues me presento ante ti como tu Dios eterno y mi misericordia se mueve ante ti por toda la tierra. Ven, toma mi mano y deja que te guíe".

'En el libro de Isaías 41 dice: "Porque yo soy el Señor, tu Dios, que te toma de la mano derecha y te dice: no temas, yo te ayudaré". Señor mío, Dios mío, guíame en los deseos de tu corazón. Ven y acógeme en tu amor. Oh Señor mío, Dios mío, dame tu fuerza porque soy débil. Renueva cada día mi corazón en la alegría que es tu amorosa misericordia y esperanza. Mi corazón proclama tu gloria.

Como los montes se elevan hacia el sol, así quiero yo elevarme cada día en tu amor".

"Amor mío, yo te ayudaré y seré tu fuerza".

Sólo quiero hacer el bien. Tómame como quieras y perdona mis pecados y los del mundo entero.

Como dice en Romanos, mi Señor, "Porque estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo futuro, ni ningún poder, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada, podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro."

Sí, mi Señor y yo te damos gracias porque en tu bondad y en tu misericordia encontramos fuerza'.

"Mi hijo".

'Mi Señor, estoy preocupado por las circunstancias en todo el mundo'.

"Hijo mío, no temas, sino dirígete a mí en oración con tus preocupaciones. No centres tu corazón en tus preocupaciones, sino en tu amor por mí, y ofrécelas en oración a mi corazón. Ofrécelas en esperanza a mi amor".

Tómame como quieras. Guíame en tu misericordia y te ruego ahora que tengas misericordia de mí y del mundo entero'.