San José dice: "Hijo mío, yo estoy contigo y caminaré contigo eternamente y para conducirte al cielo". Te maravillas, a veces incluso por qué, de muchas cosas: te maravillas de Dios, te maravillas de su gloria y de su salvación. Contempla todo lo que te ha dado y da gracias a Aquel que es tu Señor y tu esperanza.
Recibe la paz y la misericordia del Espíritu en este día. Recibe el amor de Dios dentro de tu corazón, dentro de ti, de tu alma.
Al recibirnos, recibes la gloria del amor del cielo".
'Rezo, José, por el amor de Dios sobre sus hijos y me regocijo en su misericordia que es grande. Rezo para que el amor de Dios me consuma y aumente en mí, y rezo para dar testimonio de su gloria. Porque si no cumplo nada más en mi vida, ya que estoy llamado a entregarlo todo, que cumpla esto'.