'Madre, he venido a recibirte'.

 La Virgen aparece ahora. Está vestida de blanco con lo que parece ser encaje bordado como una superposición del mismo color que su vestido. María sostiene en sus manos trozos de oro preciosos que se funden entre sí.

Y ahora dice, "Hijo mío en todo sigue viniendo a mí cada día para que yo sea tu fuerza como buena madre que te lleve al corazón de mi hijo Jesús.

Sí, entrégame tu corazón y te tomaré como deseo entre mis brazos".

'Madre, ¿por qué sostienes las hermosas piezas de oro?'

"He venido a ofrecértelos a tu corazón para decirte que no tengas miedo y que Dios en su amor cuidará de ti en todas tus necesidades entregándole todo tu corazón. Continúa este camino de la luz para dar luz a los demás.

Te quiero, hijo mío, y te doy las gracias'.