Nuestro Padre dice, "Sal fuera. ¿Quieres ver?"

'Ahora estoy aquí, Padre, en la belleza de la noche, tómame como desees'.

"Mi querido hijo, mi corazón clama misericordia por mis hijos, para que reciban mi misericordia y mi amor por ellos.

Mira, deja que tu alma respire en el Espíritu y la alegría de la noche. Deja que tu alma respire en la esperanza de mi amor, por el poder de mi Espíritu Santo unido a tu corazón. Alégrate, hijo mío, alégrate del amor que deseo darte, sí, y a todos mis hijos. Sé que te hace feliz que los incluya, como siempre son amados por mí".

Gracias, Padre. No quiero ser egoísta con el amor que me tienes, para poder compartir con ellos este don y que sepan que estás verdaderamente presente y que eres Dios'.

"Sí, hijo mío, mi corazón de Padre es para todos. Amo a todos. Deseo recibir a todos y dar mi corazón a todos".