"En palabras de Jeremías: 'Porque yo sé los planes que tengo para vosotros'. dice el Señor, 'planes para el bien, no para haceros daño, para daros un futuro y una esperanza'".

'Sí, mi Señor, creo, tengo esperanza y te amo'.

Nuestro Señor dice, "Gracias por venir a mí."

'Gracias por aparecerte a mí de una manera tan hermosa que tu belleza mostró toda oscuridad, y la luz que entró en mí era verdadera y pura y buena.

Sí, me alegro, me alegro en ti, Señor, mi Dios, mi esperanza y mi Salvador. Te amo Te amo Jesús y sólo tú puedes realizar el milagro que te pido para el corazón, la mente, el cuerpo y el alma del familiar que tanto amo. Y sí, llévanos, llévame, entre tus brazos de luz, y que tus misericordias eternas descansen en mi alma para siempre porque tú eres todo bondad y verdad más allá de toda creencia, mi Señor.

 Sólo puedo describir con las palabras humanas más inadecuadas tu belleza, tu gracia y tu fuerza. Y te pido perdón por mis pecados y los del mundo entero. Ven y tómame como desees y que tu corazón viva en mí para siempre'.

Jesús dice ahora, "Hijo mío, entrégame tu corazón con amor y te sostendré como deseo en mi misericordia".

'Sí, Señor mío, te doy gracias por las palabras de la Escritura cumplidas: 'Porque yo sé los planes que tengo para ti', dichos a Jeremías por nuestro Padre, 'planes de bien, no de mal'. Padre, que tu bondad eterna se derrame en mi alma y que me regocije en la santa luz de tu amor dentro de mí para siempre.'

Nuestro Padre dice ahora, "Sí, hijo mío, yo, tu Padre, estoy contigo, y te enseño el camino más grande del amor a los demás. Que tu corazón cante como el corazón de Jeremías, proclamando mi bondad para con mi pueblo. Oh hijo mío, que tu corazón se deje guiar por mí".

Sí, Padre mío, guíame como quieres en este día, según tu santa voluntad de esperanza y de misericordia para tus hijos'.

Padre continúa, "Hijo mío, escucha el corazón de tu Padre, porque yo he creado todas las cosas y al hombre en su gloria para darme gloria. Me entristece el camino de la humanidad hoy por aquellos que eligen destruir la vida, destruir la cultura y la esperanza en la construcción para el progreso de todo lo que es bueno para la humanidad.

Sí, yo construí la creación y deseo que la humanidad, por mi mano, cree todo lo que es bueno y lleno de la belleza de la luz, lleno de la belleza del amor. Hijo mío, que estas palabras de amor y de luz iluminen tu alma y se magnifiquen para los corazones de los demás, sí, hijo mío, para los corazones de tus hermanos y hermanas."

Me da mucha alegría recibirte. Padre, te pido recibir tu amor cada día y comprender la profundidad de tu amor por mí y por mis hermanos y hermanas. Esta es mi oración en estas últimas horas de mi vida, comprender tu amor, Padre. Como Padre de bondad y de esperanza, tú me inspiras'.

Padre dice más, "Sí, hijo mío, este es mi deseo, inspirarte con la esperanza de mis palabras. Es bueno que hayas recibido la escritura de Jeremías, mi mensaje de amor a mi pueblo en su tiempo y en estos tiempos. Fui yo quien le dirigió las palabras, pues conozco los planes que tengo para ti. E hijo mío, yo conozco los planes que tengo para ti para bien, no para destrucción, y los planes que tengo para mis hijos para vida.

Estos años que te quedan de vida, hijo mío, te llevaré. Sí, te llevaré adonde ningún otro ha ido. Porque este es mi deseo, conducirte cada día profundamente hacia las profundidades de mi santa luz. Camina por este sendero de la luz, pues fuiste creado de manera única para cumplir esta obra de mi mano. Y no dejes que tu corazón sea tímido al expresar todas las palabras que te doy, pues temes que los demás te juzguen según mi amor por ti."

'Sí, mi Señor, y sí, mi Padre'.

"Ahora hijo mío, recibe todas y cada una de las palabras que proclamo para tu corazón y no permitas que el miedo de Satanás ahogue tu alma, que te oprima de mi misericordia y de mi esperanza. Escucha, hijo mío, escucha el corazón de tu Padre que dio la vida y da la vida a todos mis hijos. No serás engañado porque sólo la verdad y montañas de misericordia fluirán de mi corazón y de mi mano para ungirte.

Ven, hijo mío, y déjame guiarte en este día. Y, hijo mío, cada palabra que le diga a tu alma será como una gema gloriosa que reinará dentro de ti en mi nombre. Tu alma se llenará con las gemas eternas de mi amor que conquistará cada debilidad dentro de ti. Al recibirme, te llevaré a nuevas alturas de amor.

Cree, hijo mío, cree, porque en mi gloria te guiaré. Ven ahora y descansa tu corazón en mí".

Te amo, Padre, y te doy gracias por las alegrías eternas de tu misericordia y esperanza en mi alma".