Jesús dice, "Hijo mío, estoy contigo, y la elección que hiciste fue la mejor para honrarme y servirme.
Sí, hija mía, vuelve tu corazón a mi corazón y permíteme colmarte de mi amor. Ofréceme tu corazón en la oración y al recibirme, y no ofrezcas perlas a los cerdos".
El Salmo 37 dice: "Deléitate en el Señor y él te concederá los deseos de tu corazón". Señor mío, deseo ofrecerme a ti como sacrificio vivo de amor y misericordia por todas las almas'.
" Yo estoy contigo, yo estoy contigo. Hijo mío, no temas, vuelve tu corazón hacia mí y recibe mi alegría.
Sí, hijo mío, hay con quienes puedes hablar de nuestro amor. Y hay quienes mi Espíritu te lleva a esconderme dentro de ti, a esconder mi corazón, sabiendo y confiando que nunca te abandonaré. Me ofrezco a ti como cordero sacrificial de la misericordia".
Sí, Señor mío, perdona mis pecados y los del mundo entero'.
"Que tu corazón esté siempre unido al mío, hijo mío.
Hay quienes me aman, que me verán en ti, y hay quienes no me conocen".
Sí, mi Señor, lo entiendo.
"Alégrate, hijo mío, alégrate en mí y ve adonde yo te guíe. Abre tu corazón a todas las almas necesitadas de mi misericordia y que tu corazón no tenga miedo."
'En 1 Pedro 2, dice: "Como un recién nacido desea la leche pura de la Palabra, para que por ella crezcáis". Oh Señor mío, sí, sí'.
"Entrégame tu corazón, hijo mío, y deja que la leche y la miel de mi palabra viva fluyan a través de ti. No te desanimes, sino mantente firme en mi amor.
Estoy muy complacido con el trabajo que realizaste en la prisión para las mujeres que amo. Amo a cada una de ellas y deseo que les ofrezcas mi amor yendo a ellas para que conozcan mi misericordia y mi verdad.
Oh hijo mío, entrega cada día tu corazón a la gloria de mi amor y de mi palabra. Entrégate a todos y yo te guiaré en mi misericordia y mi fuerza será tu fuerza, mi esperanza, tu esperanza. Porque mis hijos están necesitados de mi amor y ofreciéndoles un cáliz de mi misericordia crecerán en la fuerza de mi perdón y sabiendo que han sido perdonados de sus pecados. Por grande que sea el pecado que perdono, desde la Cruz doy mi corazón para unir mis penas a sus penas.
Sí, hijo mío, mi corazón es sólo amor para los necesitados de mi misericordia. Diles que los amo y que mi corazón se regocija en todo lo que es bueno que cumplan para mi gloria."