'Señor mío, Señor mío, concédeme cada día la fuerza de tu misericordia y la alegría del Espíritu de tu amor para colmarme'.

Ahora estoy teniendo una visión de Jesús. Está levitando en el cielo nocturno. Detrás de él, hay una multitud de estrellas y nuestro Señor está vestido como en la imagen de su Sagrado Corazón. De su interior arden llamas y es todopoderoso y omnipotente amor. Las llamas del fuego del amor divino le consumen con sus puntas doradas y rojas.

Las estrellas desaparecen y todo se calma.

Oh santo amor, en las aguas tranquilas de la noche que reflejan el resplandor de la luna parcialmente oculta bajo las nubes, tú estás presente en todas las cosas. Puedo sentir tu amor en mí y a mi alrededor. Y que yo busque caminar en la gloria eterna de tu corazón que es amor y sólo amor que consume mi alma cada día, para que pueda caminar tras las huellas del don de la esperanza.

Oh Señor, escucha mis gritos pidiendo tu amorosa misericordia para tus hijos. Donde haya guerra, que haya paz. Donde haya hambre, que haya abundancia de alimentos, donde se sacrifique a los inocentes, que haya vida. Porque en la oscuridad, tú eres la luz del mundo.

Oh santo amor, que yo siga en tu sabiduría y en tu prudencia y humildad, en tu ejemplo para cumplir ahora lo que debo, sin temor, sino gozo en la gloria eterna de todo lo bueno'.