Sábado Santo
Nuestra Señora dice ahora, "Hijo mío, mi corazón llora por la misericordia del amor de Dios sobre los corazones de mis hijos cada día.
Sí, mi corazón clama para que sus corazones sean redimidos porque él es la resurrección y la vida para aquellos que lo eligen".
Ahora tengo una visión de María de pie ante la tumba de Jesús. Ella está de pie en silencio con fuerza y dolor, con esperanza y alegría tranquila, para decir, "Venid todos los que estáis cansados y encontrad descanso en él, como él descansa ahora en el sepulcro de su pasión por la redención de vuestras almas.
Hijo mío, ven, espera conmigo. Esperaremos su gloria cada día y mi amor por mis hijos vivirá siempre a través de su corazón, el corazón de mi dulce Jesús, mi dulce amor."