'De Juan 3, Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su hijo unigénito para que no perezcamos, sino que tengamos vida eterna, la gloria de la luz de la vida eterna en nosotros.
Oh mi glorioso y amoroso Salvador, que podamos cumplir tu voluntad cumpliendo tu ejemplo, amarnos unos a otros como tú nos has amado, ser compasivos unos con otros como tú eres tan compasivo. Porque es la llamada eterna de tu corazón que nos santifiquemos en el amor y en los pequeños actos de amor. En tu misericordia y en tu bondad realizamos grandes cosas.
Te amo, mi Señor, mi Salvador, mi Dios. Tómame como deseas, para amar y amar siempre con todo mi corazón. Toca y toma las manos de mis hermanos con la verdad y que yo pueda ver incluso cuando estoy ciego, por el amor que abre nuestros ojos para ser testigos de tu gloria'.