"Amor mío, déjame tomarte como deseo y abrazarte entre mis brazos de misericordia. Y levantemos el vuelo en el asombro de mi amor que es eterno, infinito en misericordia y glorioso en su luz."
Sí, mi Señor. Sí, Señor mío. Consume mi alma en la esperanza de todo lo bueno. Que tu corazón sea glorificado, oh Sagrado Corazón de Jesús, lleno de infinito amor. Quebrantado por mi ingratitud, traspasado por mis pecados, pero amándome todavía.
Acepta esta consagración que te pido, de todo lo que soy y de todo lo que tengo, tomando cada facultad de mi alma y de mi cuerpo. Acércame, día a día, a tu Sagrado Corazón y al Corazón Inmaculado de tu Madre. Y allí, según pueda soportar la lección, enséñame tus benditos caminos, mi amor y mi Señor'.