Mientras la luz eterna del día se levanta, moviéndose a través de las aguas negras para hacer azul el océano, yo estoy de pie en su orilla esta noche. Dentro de mi corazón, Jesús aparece ahora a mi lado. Estamos mirando el horizonte de las estrellas y él me sonríe, toma mi mano y dice,

"Hijo mío, ¿no es hermoso? Estamos aquí esta madrugada para que veas como yo veo y estés presente conmigo en la alegría y la esperanza de lo que puede ser."

'Mi señor, llévame como desees. Elimina cualquier obstáculo para cumplir este camino, mi viaje contigo. Gracias por todo lo que has hecho por mí y por permitirme estar aquí contigo. Aunque soy indigno en todos los sentidos, ves adecuado utilizarme como desees, cuando estoy aquí contigo, mirando hacia todo lo que es posible, nada es imposible para ti'.

"Sí, hijo mío, te he traído aquí para que veas sin límites, para que vayas sin límites para levantarte del miedo y de las debilidades de tu naturaleza humana, para que te mantengas en la fuerza del Espíritu".

Oh Señor mío, tantas veces has dicho que me llevarías a nuevas alturas de amor nunca vistas en un corazón humano. Creo, y también sé, que te estaba poniendo limitaciones'.

"Hijo mío, vámonos ahora y seamos libres porque mi misericordia es buena y mi amor perdura para siempre".

Señor, te doy gracias porque eres bueno y tu amor es eterno.

Jesús está ahora en silencio mientras me acompaña.

Y ahora dice, "Hijo mío, es tu elección."

'Elijo a mi Señor, te elijo ahora y para siempre, amor mío, que eternamente un día estaré siempre aquí contigo para la redención de tus hijos'.