Nuestra Señora dice, "Hijo mío, que la luz eterna de la Cruz de mi hijo llene de paz tu corazón en este día. Ahora ve y prepárate para ofrecer el amor misericordioso y la compasión, la sabiduría y la comprensión del amor de mi hijo a los demás a los que te conduciremos con alegría.

Serás testigo de la belleza de los milagros de su transformación a través de mi presencia y de la presencia de amor eterno de mi hijo a través de su Sagrado Corazón.

Deseo amor para mis hijos. Deseo que vivan en la luz eterna del amor de Dios, confiando y creyendo en Él y en la práctica de la oración y de su fe, recibiendo los sacramentos que los sanarán, los harán íntegros y santos y los elevarán a la luz eterna de la misericordia de Dios."