"Hijo mío, en todas las cosas, busca primero servirme. Busca amarme con todo tu corazón, entregándote a mí en la alegría y la esperanza de mi amor.
Sí, déjame consumirte en mi santa misericordia y llevarte a la luz, elevando tu alma cada día en mi misericordia y en lo que es bueno.
Sí, hijo mío, en lo que es bueno en espíritu, y por el poder de mi Espíritu, canta al amor, hijo mío. Canta a la esperanza de mi misericordia viva que perdonará. Canta por tus hermanos y hermanas, porque están necesitados de mi amor.
Ahora más que nunca, el mundo ha sido consumido por el peso del materialismo y el orgullo que Satanás utiliza como su primera herramienta para la caída de los hombres.
Sí, y el odio, la guerra y la venganza, cuando la paz es la única respuesta. Entrega tu corazón al amor. Entrega tu alma a la vida eterna".