"Mi querido hijo, hoy estoy contigo. Deja que tu corazón sea el mío para cumplir la gloria de mi amor, para ser una luz para otros que necesitan la luz, para ser compasivo para aquellas almas que necesitan comprensión y para ser misericordioso para los corazones de aquellos a quienes la gente no les muestra misericordia, levantando el velo del juicio y de la oscuridad que se levanta contra ellos para oprimir sus corazones porque están necesitados de paz.
Entrega tu corazón a la gloria de mi paz orando por la paz dentro de ti y dentro de los corazones de todos mis hijos.
Que la gloria eterna de mi amor sostenga tu alma en este día, para guiarte en mi misericordia y renovar tu alegría.
Sí, para renovar tu alegría con esperanza".