Todas las cosas comienzan y terminan con el amor de nuestro Padre. Y ahora rezo. . .

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, Padre, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal.

Padre, protégeme de todo mal y guárdame. Abrázame hoy entre tus brazos de misericordia. Guíame por el camino eterno de tu amor y cumple en mí los misterios eternos de tu esperanza.

Sí, esperanza, Padre querido, porque tú eres el que está en mí, me has creado para todo según la bondad y el amor eterno de tu voluntad'.

"Hijo mío, escucha mi corazón, porque yo, tu Padre, te amo y estoy siempre contigo. No temas, porque hoy te tomaré de la mano y te guiaré. Mi misericordia es grande y mi esperanza está eternamente contigo.

Sí, soy tu Padre y cuidaré de ti".

'Padre, ayúdame, guíame en tu sabiduría para que pueda confiar en ti para cumplir tu voluntad en este día. Te amo, Padre, te amo'.

Ahora tengo la visión de una eterna luz dorada en forma de estrella con muchos rayos. Desciende del cielo y la Virgen aparece en su interior.

'Madre, tómame como quieras y guíame, madre, por tu intercesión según el camino de la voluntad de Dios'.

"Sí, hijo mío, estoy presente para amarte, para renovar tu esperanza y tu valor en nombre de mi hijo y para llevarte a nuevas alturas de amor en su misericordia".

Rezo por la paz, madre, paz y alegría, porque el mundo necesita paz. El mundo necesita la esperanza de todo lo bueno de tu misericordia.

Sí, eres María, Reina del Cielo y de la Tierra, del universo.

Tómame como deseas en mi amor amar a Dios sobre todas las cosas'.