A pesar de los sufrimientos de las dificultades y las alegrías del cumplimiento de las esperanzas, a pesar de la tristeza y el dolor, la pena y la belleza de la gran paz de las bendiciones de Dios, es una vida maravillosa. La vida está llena de maravillas y esperanzas. Todo lo que hay que hacer es mirar la gloria de Dios en cada individuo, para ver el rostro de Jesús en todos.
Sí, es una vida maravillosa llena de la alegría de ver a Dios en todo.
'Oh Señor mío, llévame a nuevas alturas de amor. Sí, como desees'.
Nuestro Señor dice, "Sí, hija mía, deseo levantar tus pies de este mundo y llevarte diariamente al cielo, a un lugar llamado amor eterno.
Sí, que sólo el amor sea tu centro de atención y que la realización de nuestro amor sea tu objetivo cada día para que pueda llevarte más alto.
Oh hija mía, si supieras y comprendieras plenamente todo lo que te he dado. Correrías hacia mí con un amor aún mayor cada día, porque el amor echa por tierra todo temor, y el enemigo ha intentado traer el temor a tu corazón a través de sus despiadados ataques. Pero yo estoy contigo, y tú lo has dicho: "Es una vida maravillosa".
La vida es un milagro, hijo mío".
Señor mío, llévame, llévame como me dijiste tantas veces: "Donde nadie ha ido antes en el corazón humano dentro de tu corazón". Llévame en el amor y que yo pueda cumplir mi misión de amor a través de tu llamada. No hablo con orgullo, sólo a ese lugar de amor al que me has llamado, y que cada día me centre en la alegría del amor de tu corazón.
Es una vida maravillosa, Señor, y estoy agradecido por la vida que me has dado'.