GREGORY: Señor mío, llena mi corazón, mi mente, mi cuerpo y mi alma con el Espíritu de tu amor, el Espíritu Santo de gracias eternas para encender, un fuego dentro de mi alma para que siempre busque ser tu siervo, ser tu mensajero de amor para otros necesitados.

JESÚS: Gregorio, déjame llenar tu corazón con las gracias de mi misericordia. Escucha la voz de mi palabra para llenar tu alma de paz. Ven y toma mi mano. Ven y sígueme.

GREGORY: Estoy teniendo una visión de Jesús. Está con un niño pequeño. Caminan por un sendero, aunque no sé adónde conduce. El niño está vestido como Jesús, con una túnica blanca de lana. Debe de tener tres o cuatro años y el pelo rizado y castaño claro. Su aspecto de espaldas es el del niño Jesús. Camina con la seguridad de un hombrecillo, al paso de Jesús, con el pie derecho ligeramente doblado.

Señor, ¿adónde va?

JESÚS: Camino por la senda de la luz al pie de mi Cruz. Es un camino de gran humildad y amor por mis hijos, un amor lleno de la alegría de la verdad y la confianza en mi misericordia. Venid y tomad mi mano. Permíteme guiarte por estos campos de amor. Permíteme llevarte dentro de mi corazón como a este pequeño niño. Todos debemos recordar seguir siendo niños dentro de nuestros corazones a través de la pureza del amor. Escucha la llamada de mi corazón. Escucha cada palabra de mi alma. Deja que tu corazón sea libre para amarme.

GREGORY: Jesús, deseo amarte siempre.

JESÚS: Debes poner mi corazón por encima de todas las cosas, mi Sagrado Corazón. Escucha mis latidos dentro de tu corazón. Escucha mis pensamientos llamándote con amor cada día.

Vengo a resucitar a los muertos para la vida eterna.

GREGORY: Señor, ¿cómo voy a atender a tantas almas?

JESÚS: No lo harás. Yo debo guiarte. Yo soy quien te guiará cada día.

GREGORY: Señor, hay tanto dolor en este mundo, tus hijos están necesitados de las gracias de tu corazón para asistirlos en tu tierna y amorosa misericordia.

JESÚS: Hija mía, sé que sólo eres un hombre. Cuando te dije que confiaras sólo en mí, fue por tu propio bien. Debes confiar sólo en mí y en tu director espiritual para que te guíen. Seguiré recordándotelo para proteger tu alma. Hay quienes ya conocen tu presencia y la fe de amor que te he dado. Ellos están observando y esperando cada uno de tus movimientos. Escucha mi voz que te protege. Escucha diariamente la llamada de mi palabra, la llamada del amor que te guiará con seguridad. Sí, confía en mí. Confía en mi amor. ¿Acaso no deseo guiarte en la alegría y la paz de mi amor? Deseo que camines por un sendero de luz dorada.

GREGORY: Cómo hacerlo, necesito tu ayuda. Sólo tú eres capaz de sostener mi corazón y mi alma y lo que siento de amor por tus hijos.

JESÚS: Si sientes tanto amor, ¿por qué temes tu camino? Sí, sé que amas a mis hijos. Sé que no queréis caminar conmigo por miedo. Es el mismo miedo que experimentaron mis apóstoles porque no sabían adónde iban. Este es un camino de fe completa y de entrega a mí y a mí que soy amor.

Escucha, la alegría de mis palabras llena tu alma. Me complace que hayas venido a mí esta noche. Deseo que descanses y mantengas la disciplina de descansar en mí a través de tu fe. Comienza a rezar el rosario muy lentamente con gran amor. Los ángeles estarán presentes para saludarte.

GREGORY: Sí, mi Señor, ahora puedo verlos. Gracias por enviármelas.

JESÚS: Protegerán tu corazón mientras descansas.

GREGORY: Gracias por quererme.

JESÚS: Descansa ahora, la visión con el niño continuará. Descansa ahora en mi amor