JESÚS: Sí, me complace que hayas venido a mí. Esperaba recibir tu corazón para que vivas en el corazón de mi presencia. Te amo, hija mía. Ven y toma mi mano para que pueda guiarte conmigo al corazón de toda la eternidad, al corazón de mi Padre, que desea que me ames más allá de toda medida. Ven y toma mi mano para que pueda recibirte en la corte del cielo, un lugar de gran amor y misericordia para todas las almas del cielo y de la tierra.

Estoy esperando recibirte para que tomes mi mano y nunca me dejes. Toma mi mano y permite que la alegría de nuestro amor brille eternamente. Dame la alegría de mi corazón. Ven a mí y toma mi mano. Nunca te dejaré. Ven y permíteme compartir contigo mi corazón.

GREGORY: Jesús, que me consumas con el fuego eterno de tu amor.

JESÚS: Sí, Gregorio, te tomaré entre mis brazos y te alimentaré como a un bebé para llenar tu corazón de gracias, gracias más allá de toda medida. Sí, ven y toma mi mano.

Mantente firme en mi amor y reza para permanecer fiel y positiva. Procura esforzarte cada día y recibirme ante todo como yo deseo. Tu corazón crecerá en la alegría de mi amor. No temas porque te amo.

Mi querida hija, como te dije en la Misa, te consumiré con el fuego de mi amor divino como ningún otro. No tengas miedo ni te sientas avergonzada de haber sido elegida para recibir tanto amor de nuestro Padre.

GREGORY: ¿Cómo pudo amarme tanto?

JESÚS: Esta es una pregunta cuya respuesta conoces. Confía en mi misericordia, incluso en tus momentos más débiles. Confía en mi amor para siempre.

GREGORY: Jesús, ¿puedo descansar en ti? Me da gran alegría estar contigo. Siempre quiero amarte y estar contigo para recibir tu corazón, tus palabras, tu presencia eterna dentro de mi alma.

Oh, la alegría de estos éxtasis de amor pronunciados por el corazón de nuestro Padre. Oh, la paz indecible e indescriptible. Agradezco estos momentos que me has regalado y confiado tu corazón.

Jesús, deseo...

JESÚS: Entonces se hará según mi voluntad y la voluntad de mi Padre. Busca siempre vivir en estos momentos de amor donde mi misericordia puede abundar en tu alma como un río que fluye para los corazones de tus hermanos y hermanas en todo el mundo. Permíteme llevarte dentro de mi corazón de amor diariamente para que te transformes en un río de gracia.

Nuestro amor brillará, será el amor más grande mezclado con la pureza de mi sangre, mezclado con el corazón de mi pasión para guiarte en el misterio de mi pasión por todas las almas necesitadas de mi misericordia. Todas las cosas son para el bien de la humanidad. ¿Deseas vivir en las montañas para retirarte conmigo?

GREGORY: Sí, concédeme la gracia de dejarlo todo en esos momentos para estar contigo. Y lo más importante, Jesús, te pido amarte cada día más, sin reservas, para buscar estar siempre contigo.

JESÚS: ¿Eres feliz?

GREGORY: Sí, cuando estoy contigo. Tómame, mi amor. Soy muy feliz. Gracias por curar al Padre Jim, que es como mi padre, y por mantener con buena salud al Padre Dan, que también es como mi padre y un ángel de buena esperanza para mi alma.

Gracias por curar a mi primo Cameron de su cáncer, a mi madre de las lesiones desconocidas en sus pulmones que milagrosamente desaparecieron y rezo para que ayudes a curar a mi primo Kenny de su tumor por el bien de su esposa y sus dos hijos. También, por todas las intenciones de oración que recibo, que se cumplan dentro de tu corazón siempre.

JESÚS: Gregory, ¿quieres venir a estar conmigo y amarme siempre?

GREGORY: Sí, rezo para buscar estar siempre contigo por la eternidad. Que tu sangre me consuma en una danza eterna, como David, que bailó por las calles de Jerusalén sin ropa para celebrar su victoria, que yo baile vestido con la alegría de tu amor por los demás.