Dios nuestro Padre dice ahora, "Hijo mío, deseo ofrecer mi misericordia al mundo entero para aquellos que vengan y me busquen como su Dios y Padre vivo, todopoderoso en mi amor por ellos.
Porque yo he creado a mis hijos para amarlos y para que ellos me amen sólo a mí. Pero ellos han olvidado mi corazón, el corazón de su Padre.
Sí, hijo mío, como dijo mi apóstol Santiago, acércate a mí, tu Dios, y yo me acercaré a ti. Mi corazón y mis brazos, los brazos amorosos de tu Padre, están siempre esperando.
Arrepiéntete, arrepiéntete porque la hora de que mi hijo regrese una vez más está cerca".
La visión termina con una multitud eterna de almas que aparecen en un jardín ante una gran montaña. Es la montaña de Dios todopoderoso, de su amor eterno. Están adorando en esta montaña. Será un lugar de culto por toda la eternidad.