GREGORY: Señor mío, fuiste tan bueno al pedir a Simón que echara la red al mar, incluso cuando después de días de pesca no había pescado nada. Cuando su esperanza había disminuido como una lamparita encendida sin el aceite de la fe que le diera valor y confianza.

JESÚS: Gregorio, hay un tiempo para pescar echando la red y hay un tiempo para quedarse quieto, hay que entender que no todo hombre quiere salvarse y por eso la pesca es poca, pero cuando el corazón de un hombre está abierto a entrar en la red dorada de la vida que da una gran cosecha para su alma, entonces verá el paraíso a través de las aguas de mi eterna misericordia para redimirlo.

Oh, si cada hombre deseara ser atrapado diariamente en el éxtasis de mi amor, meditando en la alegría de mi corazón, buscando ser redimido por mi amor y compasiva misericordia, entonces cada hombre sería libre.

Todos los días, desde el cielo, echo mi red de amor eterno sobre la tierra, pero pocos escuchan al Espíritu de mi palabra para que los guíe hacia la red. Pido a todas las almas que abran sus corazones a mi eterna misericordia.

Hija mía, déjame hablar a tu corazón de amor, un amor más grande que el que cualquier alma pueda darte. Procura permanecer siempre en la alegría de mis brazos enamorados. En amor conmigo y en amor, a través de mí, con mis hijos que están tan necesitados de mi amorosa misericordia para sanarlos de todo pecado.

Sí, Simón estaba desanimado e incluso quería dejar de pescar aquel día, pero a través de mi petición, permaneció fiel, incluso cuando parecía poco probable que echara la red y pescara algún pez. Una lección sencilla para Simón y una gran lección para la humanidad.

Te he pedido que eches tu red de fe en mí, como Simón, para ser pescador de hombres a través de mi amor eterno por un alma. También te he pedido que confíes en mi misericordia para guiarte, incluso cuando estés desanimado y temeroso, para que vivas en la esperanza diaria de recibirme.

Oh, cómo te amo y deseo que vivas diariamente en mi voluntad mediante el don de mi santo amor.

GREGORY: Jesús, me siento abrumado. ¿Cómo debo cumplir tu voluntad hoy?

JESÚS: Mi querida hija, el trabajo es bueno para el alma. Procura hacer tu trabajo con la alegría del amor en tu alma porque todo lo que hago es bueno y si es de mi voluntad, entonces lo que te pido que hagas también será bueno. Te pido que confíes y escuches y seas obediente a lo que te he pedido que hagas.

Sentirás una mayor sensación de paz cuando lo hagas este día y entonces la alegría de echar la red se verá colmada por la gracia de amarme. Cuando uno confía en un alma, ama al alma. Uno no da confianza a alguien a quien no ama de verdad.