"Mi querido hijo, en el amor eterno y santo de mi Cruz te llamo para que recibas en este día la alegría del don de la redención, para que te levantes en mi gloria y me recibas en la Sagrada Eucaristía con las intenciones de tus oraciones y todas las que se te ofrecen en tu misión.
Sí, que reine el amor en tu corazón para tratar de vivir la mansedumbre y la compasión, la comprensión de mi esperanza dentro de ti. Escucha mi corazón".
'Señor mío, revélame lo que deseas que cumpla hoy según tu amor y que la misericordia de tu corazón me guíe en la esperanza'.
"Sí, sí, hijo mío, tu madre está presente y te la he traído para que te diga que te ama y que desea que continúes dentro de mi corazón".
Lo haré, madre, y te doy gracias, Señor, por habérmela traído en la santa comunión de los santos. Sin ella, hoy no estaría aquí y sin su amor que me ha guiado, tu amor, madre'.
"Sí, hijo mío, escucha, escucha mi corazón y permite que la verdad de mi amor prevalezca dentro de ti. Reza para defenderme con firmeza en mi santo amor cada día.
Te amo, hijo mío. Déjame consumirte en mi misericordia".