En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora estoy teniendo una visión de nuestro Señor. Está vestido de blanco, hermoso y puro en su presencia. Pone su mano sobre la misión de Carlo. La herida de la Sigmata aparece ahora dentro de la mano de nuestro Señor. Y de ella comienza a brotar sangre sobre la misión y sobre los corazones de la gente, la sangre de su pasión y la sangre de la victoria de su Cruz y de su resurrección sobre la muerte.
Porque Jesús dijo: Yo soy la resurrección y la vida. De su herida brotan abundantes flores, flores silvestres y de diversos colores. Son la abundancia de las gracias de Dios sobre la misión y a través de la santa misión de amor al llamar a todas las almas, tanto a los jóvenes como a los fieles, a volver a la Sagrada Eucaristía para recibir diariamente su santo amor glorificándolo.
Carlo aparece ahora con una sonrisa, sonriendo por la gloria de Dios y por la conversión y la redención de los hijos de Dios, mientras las flores siguen derramando bendiciones sobre los corazones de su pueblo, sobre todas las almas que Él ama tanto, llamándolas cada día al pie de la Cruz para que ofrezcan sus vidas como sacrificios espirituales eternos y vivos de amor.
Sí, a partir de ahora, la misión comenzará a florecer según la mano y la santa voluntad de nuestro Dios. Y después, con la canonización de Carlo, llamará a todos los jóvenes del mundo a una conversión más profunda y a peregrinar a Asís.
Sí, el amor de la mano de Dios está sobre el pueblo como signo de la santidad de Carlo y en su canonización de amor a la Santa Iglesia y al santo cuerpo de Cristo. Esto se cumplirá por muchos años en la esperanza, por muchos años.
La luz de nuestro Señor brillará a través de él, llamando a las almas a su misericordia y esperanza, al poder de su sangre viva que las redimirá, transformará, sanará, guiará, fortalecerá y santificará por amor a Dios y por amor a su pueblo'.