"Hijo mío, abre tu corazón y recibe la paz y la alegría del Espíritu Santo en este día. Ven y recibe la gloria de nuestro amor en la belleza de la naturaleza en la belleza de las palmeras nacientes que son reales, creadas en su belleza para que el hombre pueda ser testigo de la belleza del amor de Dios en todas las cosas.
Yo no juzgo, yo amo. Recibo a todos los que desean venir a mí en el nombre de mi hijo Jesús. Y espero siempre la gloria del poder de la Santa Cruz para redimir a los que buscan su misericordia.
En el camino a Santo Domingo para la misa de esta tarde, reza el santo rosario que te dará fuerza y renovará tu paz y alegría en todas las cosas, para dar todo lo bueno en amor a mis hijos."
Sí, madre, lo haré.