Nuestra Señora dice, "Mi querida niña, es bueno que hayas venido a mí."

Ahora tengo una visión de la Virgen. Camina por un sendero y, aunque es de noche, puedo verla claramente, así como su manto azul claro, su vestido blanco y un chal que parece ser de lana roja. Aunque no es un chal, es el manto de Nuestro Señor.

"¿Madre?

"¿Sí, hijo mío?"

'Que cada palabra que diga sea verdad de corazón'.

"Te amo, hijo mío, y te he llamado a mi corazón esta noche para que me recibas en mi gran amor y en el amor de mi hijo Jesús. Deja que tu corazón se aquiete, hijo mío, y ven a descansar entre mis brazos".

Sí, madre.

La Virgen continúa diciendo: "Yo estoy con vosotros y deseo que vengáis a recibir mi corazón cada día, para caminar con humildad en la fuerza de la fe."

Sí, querida madre, tómame como desees. Tómame en tu amor.