Nuestro Señor Jesús dice, "Mi querido hijo, yo estoy contigo. Descansa entre mis brazos y permíteme sostenerte en mi misericordia, volviendo tu corazón sólo hacia mí, incluso en aquellos momentos en los que te sientas más inseguro o insegura. Deposita toda tu confianza en mi corazón para que te conduzca y te guíe a través del poder de mi Espíritu que es amor."
Sí, Espíritu Santo, ven a mi corazón y lléname de tu luz, para guiarme en tu misericordia'.
El Espíritu Santo dice, "Hijo mío, es bueno que hayas vuelto tu corazón hacia mí, pues soy yo quien ha puesto en ti la inspiración para que me recibas. Deseo que me recibas cada día".
Sí, Espíritu, dame tu fuerza, tu sabiduría y el descanso de permanecer en tu verdad. Que magnifiques tu amor dentro de mí para ser una luz este día y ver y amar como tú deseas.
Te amo y que viva para amarte sólo a ti".