"Sí, hijo mío, he venido este día para decirte que estoy contigo y que mi amor, que es tu fuerza, será siempre tu alegría. Levanta tus manos al cielo con mi amor. Levanta tus manos al cielo con mi corazón para decir: 'Jesús, tómame como quieras, guíame en tu misericordia y sé mi esperanza'".
Señor mío, levanto ahora mis manos al cielo y digo: Jesús, tómame como quieras y que tu amor sea siempre mi esperanza y mi alegría. Creo, tengo esperanza y te amo.
Sí, creo que tengo esperanza y te quiero'.
"Mi hijo ha pasado este día conmigo. Quédate a solas conmigo y recibe mi alegría. ¿Entiendes?"
Sí, mi Señor. Que la gloria de tu vida llene mi alma y me consuma en tu misericordia, especialmente en el amor a los demás. Ofrezco mi vida como sacrificio de amor por todas las almas necesitadas y que lo haga ahora, no sólo de palabra, sino de obra, con hechos, con caridad.
Te doy mi corazón, mi Señor, y no miraré atrás. No pondré la mano en el arado y miraré atrás. Quiero ser digno del Reino y de tu amor.
Tómame, amor mío, como deseas. Tómame en tu esperanza y en tu misericordia'.