'Madre, he venido a este país sin un plan, sin saber, a donde tú y Jesús desean que vaya, pero confiando en que tú, desde este día con el corazón de tu hijo, me guiarás. Ya empezaste a hacerlo la primera noche e incluso el segundo día, donde aparecieron almas según la voluntad de tu hijo, para que él las ayude en sus necesidades'.

"Hijo mío, escucha mi corazón, pues lo más importante es que des a mis hijos el corazón de mi hijo Jesús, pues están necesitados de su amor.

No en todas las misiones hablaréis dentro de una iglesia santa, sino que os conduciremos a aquellos que, como sabéis y comprendéis, están más necesitados de la misericordia y la esperanza de Dios.

Así que, toma mi mano, como Jesús y yo ya hemos planeado este día. Son ya cerca de las tres de la mañana, hijo mío y estamos unidos en el corazón del amor de mi hijo."

'Gracias, madre, protégeme con tu manto de paz, por tu alegría y por todo el dolor que has experimentado, y por la gloria de tu hijo Jesús'.