"Hijo mío, sí, ven a mí, porque mi luz dentro de ti es la verdad. Y he venido a traerte la luz de toda la eternidad, la luz de la esperanza y la luz que será tu fuerza.

No te quedes en México más allá del martes o miércoles. Es hora de volver a casa para organizar todas las cosas según mi voluntad. Puedes prepararte para volver a Roma para la canonización de Carlo.

Sí, deseo que estés presente allí con su madre, en tranquila alegría. No te preocupes por nada más que distraiga tus pensamientos, como tan rápidamente desea hacerlo el enemigo.

Sí, entrega tu corazón a la gloria que es mi amor y ofrece a mis hijos mi amor en el retiro que darás, y recibe alegría.

Sí, ofréceme tu corazón y yo te guiaré y seré tu fuerza. Que tu corazón cante la gloria de mi amor y se regocije.

El hermano del Padre Allen está esperando para recibirte. Hazlo, porque él será una puerta abierta. Lo usaré como mi vaso sacerdotal.

Sí, hijo mío, entrega tu corazón a la gloria que es mi amor. Canta una nueva canción de amor a tus hermanos y hermanas, y que se alegre tu alma. La alegría viene de amarme".

'Gracias, Señor mío, gracias por la alegría de tu amor'.