GREGORY: Jesús, tú eres mi amigo y mi amor porque confiar en ti es tener a los ángeles y a todos los santos en el cielo a través del poder eterno y la alegría del Espíritu Santo.

JESÚS: Gregorio, deja que tu sufrimiento se convierta en mi sufrimiento y yo lo convertiré en paz y alegría.

GREGORY: ¿Madre?

MARÍA: Sí, hija mía, estoy contigo. Te amo porque no sólo amas a mi hijo, como pobre pecador, sino que amas a sus hijos. Mi hijo dijo: "Haced a los demás lo que queráis que os hagan a vosotros". Esto, por gracia, se ha cumplido en tu deseo de amar y ser compasivo con las almas.

Mi hijo sufrió una muerte mayor que ninguna otra por tus pecados y los de sus hijos. ¿No sabes que has sido perdonado? Deja que Jesús te lleve en oración al amor de este día de misericordia hacia tu alma. Descansa en la paz y la alegría de su amor misericordioso. No permitas que tu corazón se desanime, sino ofrécele a Jesús la esperanza eterna de su resurrección confiando en Él como nunca antes.

No permitas que Satanás te engañe centrándose en tus emociones. Confía en el amor de Jesús. Confía en la esperanza de su amor. Satanás continuará tentándote a permanecer en tus emociones y no en el Espíritu de tu fe. Te has esforzado demasiado. Ahora deja que mi hijo haga el trabajo de su amor a través de tu fe en él. Búscalo siempre en el amor y tendrás alegría. Conocerás la alegría de su presencia en tu alma. Sabrás que estamos en todas las cosas. Convierte en fe tu tristeza por las almas que amas.

GREGORY: Querida madre, me he afligido profundamente por los que más cerca de mí han sufrido, especialmente por todas las peticiones de oración que he recibido de almas necesitadas de todo el mundo.

MARÍA: Rezad, rezad, rezad por la paz y el fin de la guerra, y vuestras oraciones y las de los fieles serán escuchadas. Ayudaré a las almas a través de la oración a recibir la paz de mi hijo Jesús. Rezad y confiad en él. Rezad por su ayuda y su guía. Rezad para conocer su amor más profundamente y no viváis en un estado de tristeza, sino en un estado de alegría porque nada es imposible para Dios.

Dios, nuestro Padre, ha escuchado tus oraciones y permanecerá fiel a tu fe para ayudarte. Él os ama entrañablemente. Anuncia el buen día de la Segunda Venida de mi hijo a todas las almas. Llámalas a arrepentirse y a escuchar la voz de su Salvador de amor dentro de sus almas llamándolas a casa a la paz, la paz de su misericordia y la paz de su amor. Que todas las almas proclamen la bondad de Jesús, la bondad del Señor, que tanto os ama. No tengáis miedo y comprometeos a enfrentaros a Satanás y a sus tácticas de maldad. Él hará todo lo que esté en su mano para destruir a las almas, para engañarlas y apartarlas de su fe.

Que el mundo sepa que Satanás no descansa ni un momento porque sabe que su tiempo se acaba. Mi hijo vendrá en victoria para redimir a los fieles y la fe es lo que Satanás desea destruir.

Rezo por la fuerza de Dios para todas las madres que necesitan que mi hijo las ayude, especialmente aquellas madres que están criando a sus hijos sin el apoyo de sus cónyuges. Rezo especialmente por la unificación de todas las familias en la fe para amar y confiar en Jesús, que es amor y desea que todas las familias crezcan en la fe diariamente a través de la oración.

Qué solitarias están las almas sin la fe del amor de Dios que llene sus corazones con la alegría de su presencia. Sabed que el amor es siempre el camino hacia la paz, la esperanza y la redención. Sabed que mi hijo está esperando para abrazar a cada alma en la alegría de su amor.