Gregory: Gracias por asistirme, querida madre. Te ruego por el alma de mi madre. Te ruego que la ayudes por medio de la fe a buscar refugio en el corazón de tu hijo, para que pueda sanar de sus aflicciones.

Gracias a Jesús por la buena madre terrenal que me ha proporcionado para ayudarme en mi propia fe. Pido que a través de su buena voluntad, ella pueda conocer la verdadera alegría de su corazón durante sus momentos de dolor.

María: Reza por todas las almas que están perdidas a causa de los demonios de la desesperación. Rezad por ellas, porque no saben lo que hacen. El enemigo que desea conquistar sus almas las tiene cautivas.

Conozco tu dolor. Conozco el profundo dolor de tu madre. Honradla en todo lo que desee y yo os honraré a vosotros. Reza por la profunda conversión de su corazón, pues su fe es ahora débil a causa de los ataques del maligno. Reza por la redención de su alma y de todas las almas que sufren por las ansiedades de sus corazones.

Elevadla a mí en oración cada día, y yo pondré una rosa de gracia en su corazón para romper los lazos del maligno. Se esfuerza mucho por superar su desesperación por medios humanos. Ella debe buscar al Espíritu para frustrar los ataques del maligno.

Mi querido hijo, sé que has sufrido desde la muerte de tu padre, pero no debes permitir que Satanás te desilusione a causa de las penas de tu madre. Debes continuar buscando tu fuerza en mi hijo y ser paciente y amoroso. Al hacerlo, mi hijo te honrará grandemente por mantener la fe de tu madre, la fe que ella también te ofreció en su amor maternal.

Si vienes a mí, te ayudaré en todo lo que hagas. No debes temer, sino tener valor y fe.

Cuando abriste la Biblia, fuiste guiado por el Espíritu a leer la historia de la mujer que, por fe, tocó el manto de mi hijo y fue sanada milagrosamente. Te enseñaré a tocar el manto de mi hijo cada día. Llamo a todos mis hijos a seguir el mismo ejemplo de esta gran mujer de fe. Debes ayudar a tu madre a hacer lo mismo. Ella lucha por miedo. Ella desea confiar en el amor de mi hijo, pero ahora es difícil debido a la pérdida de tu padre.

Dile que la amo y que la asistiré. Si viene a mí, la conduciré al Sagrado Corazón de mi hijo, donde podrá tocar el manto de su misericordia y de su amor y sanar. El amor ayuda a que todas las cosas mejoren. Ya lo verás. Serás testigo de cómo la gloria del amor de mi hijo se eleva como una estrella para tocar los corazones de todos mis hijos que desean liberarse de la esclavitud del pecado.