Jesús: Sí, hija mía, ven a mí. Yo estoy siempre contigo. Mi corazón está esperando recibir tu corazón. Mi corazón desea amarte.
Gregory: Te quiero.
Jesús: Gracias por acudir a mí. Es a través del don de mi palabra que puedes encontrar sanación cada día. Eleva tu corazón a la belleza de mi palabra. Deseo que permanezcas conmigo en espíritu y en amor. Que tu corazón se llene de la gloria de mis gracias. Confía en mí con todo lo que hagas para cumplir mi voluntad.
Vengo a recibir los corazones de los que me han servido misericordiosamente. Tú eres mi hijo y deseo que sirvas a mi misericordia. Mi misericordia es grande y bondadosa para los corazones de mi pueblo.
Llamo a toda la humanidad a recibir la profundidad de mi misericordia y amor. Llamo a todas las almas a extender mi misericordia a los demás.
El camino para recibir mi misericordia es la oración. La oración conducirá diariamente a cada alma al abismo de mi misericordia. La oración a través de mi misericordia las unirá a mi amor. Mi amor es un don para todas las almas. Fue la virtud de mi sacrificio y el mayor regalo a la humanidad. Confíen diariamente en la belleza de mi amor. Confíen en la gloria de mi corazón para liberarlos.
Gregory: Señor, ¿qué compartiré con tus hijos el sábado cuando me reúna con ellos?
Jesús: Háblales del amor de mi Madre por todas las almas que necesitan a su Salvador. Diles que siempre estoy con ellos en sus luchas y pruebas diarias. Estoy con ellos en su alegría. Mi madre desea que todos sus hijos estén cerca de mí. Esto se puede lograr a través de la oración. La oración te llevará a ti y a cada alma a mis brazos cada día.
Deseo ofrecer a todos mis hijos el don de la fe a través de la oración. La oración aumentará enormemente la fe y es el medio para comunicarme el corazón. Os proporcionaré todo lo necesario para servirme en este día. Te guiaré con mis palabras, obras y acciones. Puedes preparar tu corazón mediante la comunión diaria y la meditación en mi Sagrado Corazón, que está tan lleno de amor y misericordia.
Este es un paseo de amor para ti. Darás amor y recibirás amor. El amor preparará tu corazón. El amor te guiará en todo lo que hagas para servirme. Deja que el amor tome tu corazón y te guíe.
Eres mi hijo y te quiero con el corazón abierto. Te pido que hagas lo mismo. Entrega cada día tu corazón a la luz para recibir a los míos.
Yo soy la luz de gracia de todas las almas que desean vivir en la gloria sin fin de mi voluntad. Sus corazones brillarán de alegría al deleitarse en el corazón de su Salvador.