GREGORY: Oh mi amor, volar contigo en la alegría del amor en cada éxtasis es un regalo eterno. Toma mi mano y condúceme como lo desees pues está hecho. Yo estoy contigo. Llévame en oración por todos mis hermanos y hermanas de todo el mundo necesitados de amor para que mis oraciones estén llenas del amor, la alegría y el éxtasis del Espíritu Santo.
JESÚS: Mi querido hijo, escucha porque está terminado. Escucha la alegría de mi corazón llamándote a casa cada día para salir con el sol y descansar con la luna a tus pies. Sí, ven y toma mi mano y te guiaré por toda la eternidad. Ven y toma mi alma, mi corazón y consúmelos, unidos a mí siempre. Sí, estás preparado para escuchar y esperar, para ser paciente en la alegría de mi amor. Todo lo que debes hacer es correr hacia mí cada día para recibir mi abrazo que será un santuario para tu pequeño corazón y los corazones de tus hermanos y hermanas por los que rezas.
Escucha la alegría de mi palabra que te llama cada día. Mi amor y mi paz están siempre contigo. Yo soy el camino, la verdad y la vida para todas las almas necesitadas de mi compasión misericordiosa. Ellas buscarán esto a través de ti porque es mi deseo y regalo de amor para tu corazón y sus corazones.
Ven y toma mi mano y volemos, cantemos una nueva canción de misericordia para todas las almas, cantemos juntos en el amor. Búscame en todo lo que hagas y tendrás alegría. Escucha mi dulce voz que te llama en la noche. Escucha mis oraciones por tu corazón. Invoca a mis ángeles y santos y a todo el cielo para que te ayuden en tu viaje.
Escucha la llamada de mi palabra. Escucha la alegría y la paz de mi corazón. Ahora tu corazón ha sido purificado hasta la prueba. Entrégamelo todo y suéltalo para que pueda recibirte cada día en mi corazón. Cantemos una nueva canción de amor por tus hermanos y hermanas, busca la alegría de vivir dándoles mi amor. Tantos de mis hijos están necesitados de la alegría de mi amor. Que se haga como yo deseo. Yo me ocuparé de todo lo demás.
GREGORY: Alabado sea el nombre de Jesús, que dio su vida por la victoria sobre el pecado y la muerte. Alabado sea él, que es el hijo eterno, el Príncipe de la Paz y la luz celestial de la corte de la salvación. Que siempre sea adorado como nuestro Rey y nuestra salvación.
Gracias, Señor mío, por ayudarme una vez más, pues está terminado. Que se haga en mí según tu voluntad y que busque la humildad para servirte cada día en el amor.
Que la paz y la alegría de tu Sagrado Corazón llenen la tierra. Que haya paz en la tierra para todas las almas y que los corazones de nuestros dirigentes se humillen para poner fin a esta guerra en la tierra.
Querido Padre, escucha mi clamor de paz y pon fin a esta guerra por tu mano.
Amén.
(Más tarde por la mañana)
JESÚS: Yo soy la luz del mundo. Los que se reconcilien conmigo tendrán paz.
MARÍA: Deseo que entregues diariamente tu corazón a mi hijo consagrándote al abandono de su santa voluntad. Que tu corazón brille en la alegría eterna, en la esperanza eterna de su amor.
Deja que tu corazón esté en paz amando a Jesús más profundamente cada día. Sólo Él puede traeros la paz y la paz es mi llamada para todas las almas porque es tan frágil y puede ser fácilmente eliminada por muchas circunstancias. El diablo no desea la paz para mis hijos. El solo desea que ellos vivan en un estado de guerra dentro de sus corazones. La guerra comienza en el corazón por Satanás que desea devastar y destruir las almas. Debes entender el significado de la paz.
La paz es un don que sólo recibe mi hijo, que es amor, y quienes eligen seguir su camino de amor perfeccionando su ejemplo de amor. La paz sólo puede venir del amor a Dios y del amor mutuo. La paz es un estado del corazón, un estado del ser. La verdadera paz sólo se consigue amando a Jesús. Jesús es el corazón de toda paz. Jesús es el camino de la paz para todas las almas de la tierra.
Sí, reconciliad vuestros corazones con Jesús y recibiréis la paz del Espíritu Santo, la paz del amor, de amaros los unos a los otros, de daros los unos a los otros.
Yo soy tu madre de paz y deseo que descanses. Descansa tu corazón en la alegría del amor de mi hijo. Descansa tu corazón en la paz. La paz de la misericordia de mi hijo está siempre contigo. Medita en su misericordia que libera el alma. Concuerda y sométete plenamente a sus palabras en tu vida de oración y en tus actos cotidianos para cumplir su santa voluntad, que es amor y misericordia misma para cada alma. Recibe cada día la alegría de su santa misericordia y aliéntate en su amor.