MARÍA: Mi mayor deseo es amar a las almas. Es compartir con ellas la paz de la voluntad de mi hijo, porque al vivir su voluntad, recibirán la paz. Es importante que todas las almas sean amadas. Esta es la esperanza de mi hijo que todas las almas vivan en el perdón de su amor por toda la eternidad a través de su redención.
GREGORY: Rezo por la paz en todo el mundo querida madre.
MARÍA: Yo también, hija mía. Paz en los corazones de toda la humanidad. Paz para los que buscan la paz y para los que no saben dónde encontrarla, para que encuentren a Jesús.
Soy una madre cariñosa. Hay tantas cosas que deseo compartir con mis hijos.
GREGORY: Madre, ¿cómo puedo marcar la diferencia este día?
MARÍA: Rezad, rezad por la paz. Reza por la paz en los corazones de tus hermanos y hermanas. Rezad para que el amor abra sus corazones. Sí, rezad por todos vuestros líderes políticos. Los corazones de los hombres están oscurecidos por la codicia y su necesidad de poder.
Deseo que remuevas tu corazón en pensar no como los demás hombres o en buscar las cosas de este mundo, sino en buscar a Jesús, a solas. Estar a solas con Jesús es un don. Como sabes su presencia es siempre amor.
GREGORY: Madre, ¿cómo crecemos en el cumplimiento de nuestro papel de hijos de Dios?
MARÍA: La fe es la clave para llegar a ser verdaderos hijos de Dios. La fe es la esperanza que será proporcionada a través de la santa voluntad de Dios para redimir a todas las almas en el amor. El amor es el camino hacia la justicia.
GREGORY: Madre, sólo Jesús que es amor.
MARÍA: Sí, búscalo en todas las cosas buenas y puras.