Muchas veces las almas me preguntan: "Gregory, pero nosotros no oímos ni vemos a Dios como tú. No somos como tú'.
Jesús responde, "Mi querida hija, como dije una vez a mis apóstoles: 'Los primeros serán los últimos, y los últimos serán los primeros'. Y aunque uno no pueda verme y oírme, como tú me ves y me oyes, yo hablo a todas las almas desde mi corazón a través del poder del Espíritu Santo. Cuando uno me abre su corazón, todos pueden oírme y verme. Todos pueden hablarme de una manera diferente.
Y una vez le dije a mi Apóstol Tomás: 'Bienaventurados los que creen sin haber visto'. Porque yo amo a todos. A todos acojo entre el abrazo de mis brazos y a todos deseo recibir mi misericordia.
No importa el estado del alma o el estado de su relación conmigo, mi corazón siempre está listo y abierto para recibirlas en una relación de mi amor. Mi corazón llora por todas las almas, y no hay que sentirse indigno, porque hija mía ¿quién es digno?
Una vez dije: 'Ningún hombre es bueno y ningún hombre es perfecto sino perfeccionado en las gracias de mi amor'. Así pues, pido a todos y cada uno que vengan a mí, ya sean los primeros o los últimos, sobre todo por la salvación y la esperanza de sus almas por las eternas misericordias de sus corazones.
Sí, dejad que vuestro corazón venga a mí. Y que vuestros corazones no tengan miedo, mis queridos hijos, porque yo nunca os olvido. Siempre proclamo que os amo cada día por el poder de mi eterno sacrificio y victoria en la Cruz, para perdonaros y redimiros a cada uno de vosotros por mi misericordia.
Os amo, os quiero y estoy siempre con vosotros. Mi corazón llora para que cada uno de ustedes regrese a mí y siempre estoy esperando en los campos eternos de la fe y la esperanza para recibirlos."