"Mi querida hija, es a través del amor que estoy llamando a todas las almas a mi misericordia, para que se arrepientan y me ofrezcan sus vidas, al pie de mi Cruz. Yo, tu Jesús, llamo a todas las almas a arrepentirse antes de que sea demasiado tarde, por eso he enviado a mi madre para que sea embajadora del cielo en la tierra para las almas que necesitan mi misericordia, para las almas que necesitan mi esperanza. Por eso, llamo a todas las almas a una conversión más profunda y a caminar por la senda de la humildad a la luz de la fe.

No os juzguéis unos a otros, sino amaos unos a otros.

Sí, mi corazón llora en misericordia porque tan pocos responden al corazón de tu Salvador. La respuesta que deseo es una respuesta de amor a mí, a mi madre y a mi Padre, invocar al Espíritu Santo y renunciar al pecado y a las tinieblas.

Sí, el mundo necesita amor para que nazca la paz.

Por eso, hija mía, te llamo a ser cada día instrumento de mi amor. No como te llama el mundo, sino como te llamo yo. No por las cosas del mundo sino por mi corazón. Porque llamo a todos mis hijos desde el corazón de mi amor. Y llamo a todos mis hijos a recibir y rezar cada día por los dones de la fe, la esperanza y el amor, los dones de mi misericordia.

Te amo y sólo en mí puedes encontrar tu descanso, tu paz y tu esperanza, hijo mío. Porque aunque he llamado a través del nacimiento a mis hijos, a vivir en el mundo pero no a ser del mundo, a ser de amor y Espíritu en todas las cosas."