"Hijo mío, permíteme que te guíe dentro del corazón misericordioso de mi hijo Jesús, que te guíe a través de la oración y siempre con la esperanza de amarle cada día de una manera más grande.

Sí, te amo y mi corazón habla a tu corazón por la gloria que es el amor de aquel que es amor, mi hijo Jesús. Por la oración, tu corazón se llenará de las aguas de la misericordia viva de Dios, donde florecerán en ti las flores de las gracias de Dios."

Madre, gracias.

"Hijo mío, reza por todas las almas, por tus hermanos y hermanas necesitados. En lo que Dios te ha dado, él también te escucha y tus oraciones se oyen en su corazón por los demás."

Madre, has renovado mi corazón y mis fuerzas con la fuerza del Espíritu Santo. Te doy gracias, te doy gracias'.

"Hijo mío, cuando uno viene a mí, yo, tu buena madre, lo guiaré siempre en paz. Entrega tu corazón a la preciosidad de mi amor. Y déjame cantar una nueva canción dentro de tu corazón, pajarito mío, que volará con alegría a los cielos del cielo.

Sí, pajarito mío, canta mi gloria, canta el glorioso amor de mi hijo Jesús. Y cuando levantes tus alas, pajarito mío, no tengas miedo ni permitas que el enemigo te haga creer que Dios, nuestro Padre, no te ha llamado.

Pon tu confianza en ir . . . para su gloria. Vas por Dios, no por la gloria de los hombres, sino por aquellos que le buscan y le necesitan, que desean amarle. Cuando un alma elige amar, siempre elige a Dios".