Jesús: Confía siempre en mí y en mi tierna misericordia. Porque yo soy el cordero de la esperanza para todas las almas que desean misericordia. Si me lo pides, ayudaré a cualquier alma según mi voluntad. Mi misericordia es mayor cuando un alma viene a mí en necesidad o por humildad y amor a su Salvador. Invito a todas las almas a que me ayuden a realizar el don de la redención para el mundo. Cada alma que me ofrece su corazón en busca de redención se convierte en parte del cuerpo divino de amor, cumpliendo así el plan de redención de mi Padre para el mundo entero.
Mi querido hijo, Satanás está cerca de ti para distraer tus pensamientos. Échalo a un lado en mi precioso nombre para que mi gloriosa luz brille dentro de tu alma y te ilumine en estado de gracia. No tienes que temer. Sé que el dolor en tu corazón es causado por este mismo miedo. Ofréceme tu debilidad para que pueda fortalecerte en mi voluntad y plan divino para cada nación.
Recibid mi palabra, porque es el don de la redención para todas las almas. No conoces el poder de las palabras que te he dado. Debes aprender a aceptar y usar mi palabra para la redención de las almas. Mi palabra es más poderosa en la oración. Deseo que vivas en estado de oración.
Reza, reza, reza sin cesar por la redención de tus hermanos y hermanas. Confía en la luz gloriosa de mi palabra para que te asista en mi causa. Deseo que todas las almas entren en el Sagrado Corazón de mi amor para que mi misericordia las cure de toda tristeza y dolor. Gracias por venir a mí.
María: Gracias por entrar en el corazón de mi hijo, Jesús, porque es a través de la misericordia de sus palabras que tú y otros serán salvados. Confía siempre en Él para que te proporcione lo necesario. Ten paz. Busca a Jesús en la oración. Mi corazón está siempre contigo. No te sientas abandonado en tu dolor, pues es a través de mi corazón que el Sagrado Corazón de mi hijo, Jesús, triunfará sobre el maligno.
Satanás hará todo lo posible para hacerte creer que no estamos presentes para ayudarte. El yugo parecerá pesado, pero la carga será ligera en el corazón de mi hijo Jesús. Acuérdate siempre de unirte en oración al Sagrado Corazón de mi hijo. La oración lo hace todo posible.
Por la noche
Jesús: Eleva tu corazón hacia mí, y permíteme amarte para que toda la humanidad pueda un día ser testigo de la gloria de nuestro amor. Porque es a ti a quien he elegido para revelar mi corazón y predecir las cosas que vendrán. Verás como nadie en estos tiempos de gloria. Te llamaré al trono de mi palabra, abrazaré tu alma en la majestad de la luz y revelaré todas las cosas ocultas para misericordia de mis hijos. Cada una de tus visiones se cumplira y mi pueblo escuchara un dia como los cielos se abren para llamarlos a casa. Te daré el poder de dar y quitar por mi misericordia.
Gregory: No lo entiendo.
Jesús: Tus visiones revelarán la verdad de mi poder trabajando a través de ti. Mi corazón llamará a todas las almas a casa al pie de mi Cruz en mi palabra.